miércoles, 26 de noviembre de 2014


LA PROPIOCEPCION

La propiocepción es el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos, es la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas. La propiocepción regula la dirección y rango de movimiento, permite reacciones y respuestas automáticas, interviene en el desarrollo del esquema corporal y en la relación de éste con el espacio, sustentando la acción motora planificada. Otras funciones en las que actúa con más autonomía son el control del equilibrio, la coordinación de ambos lados del cuerpo, el mantenimiento del nivel de alerta del sistema nervioso central y la influencia en el desarrollo emocional y del comportamiento.

COMPOSICIÓN DEL SISTEMA PROPIOCEPTIVO


SISTEMA PROPIOCEPTIVO: compuesto por una serie de receptores nerviosos que están en los músculos, articulaciones y ligamentos.
Se encargan de detectar:

a) Grado de tensión muscular

b) Grado de estiramiento muscular

Envían esta información a la médula y al cerebro para que la procese. Después, el cerebro procesa esta información y la envía a los músculos para que realicen los ajustes necesarios en cuanto a la tensión y estiramiento muscular y así conseguir el movimiento deseado.

Podemos decir que los propioceptores forman parte de un mecanismo de control de la ejecución del movimiento

Es un proceso subconsciente y muy rápido, lo realizamos de forma refleja.



LOS PROPIOCEPTORES
- EL HUSO MUSCULAR: Es un receptor sensorial propioceptivo situado dentro de la estructura  del músculo (Vientre muscular) que se estimula ante estiramientos lo suficientemente fuertes de éste. Mide la longitud (grado de estiramiento) del músculo, el grado de estimulación mecánica y la velocidad con que se aplica el estiramiento y manda la información al SNC. Su “función clásica” sería la inhibición de la musculatura antagonista al movimiento producido (relajación del antagonista para que el movimiento se pueda realizar de forma eficaz). Ante velocidades muy elevadas de incremento de la longitud muscular, los husos proporcionan una información al SNC que se traduce en una contracción refleja del músculo denominada REFLEJO MIOTÁTICO O DE ESTIRAMIENTO, que sería un reflejo de protección ante un estiramiento brusco o excesivo (ejemplo: tirón brusco del hombro, el reflejo miotático hace que contraigamos la musculatura de la cintura escapular). La información que mandan los husos musculares al SNC también hace que se estimule la musculatura sinergista al músculo activado, ayudando a una mejor contracción. (En este hecho se basan algunas técnicas de facilitación neuromuscular empleadas en rehabilitación, como las técnicas de KABAT, en las que se usa el principio de que un músculo pre-estirado se contrae con mayor fuerza). Por tanto, tenemos como resultado de la acción de los husos musculares* “Es funcionalmente económico que cuando un equipo sinérgico de músculos se activa no se enfrente a la resistencia de sus antagonistas” (Astrand – Rodahl)

ÓRGANOS TENDINOSOS DE GOLGI: Es otro receptor sensorial situado en los tendones y se encarga de medir la tensión desarrollada por el músculo. Fundamentalmente, se activan cuando se produce una tensión peligrosa (extremadamente fuerte) en el complejo músculo-tendinoso, sobre todo si es de forma “activa” (generada por el sujeto y no por factores externos). Sería un reflejo de protección ante excesos de tensión en las fibras músculo-tendinosas que se manifiesta en una relajación de las fibras musculares. Así pues, sería el REFLEJO MIOTÁTICO INVERSO. Al contrario que con el huso muscular, cuya respuesta es inmediata, los órganos de Golgi necesitan un periodo de estimulación de unos 6-8 segundos para que se produzca la relajación muscular.

RECEPTORES DE LA CÁPSULA ARTICULAR Y LOS LIGAMENTOS ARTICULARES: 
parece ser que la carga que soportan estas estructuras con relación a la tensión muscular ejercida, también activa una serie de mecano-receptores capaces de detectar la posición y movimiento de la articulación implicada. Parece que sean propioceptores relevantes sobre todo cuando las estructuras descritas se hallan dañadas.

RECEPTORES DE LA PIEL: Proporcionan información sobre el estado tónico muscular y sobre el movimiento, contribuyendo al sentido de la posición y al movimiento, sobre todo, de las extremidades, donde son muy numerosos.

Fundamento

El sentido de la propiocepción se da por neuronas sensoriales que están en el oído interno (movimiento y orientación), y de los receptores de estiramiento de los músculos (postura), los receptores nerviosos específicos para esta percepción, se llaman: propioceptores.

 también los receptores específicos para la presión, luz, temperatura, sonido y otras experiencias sensoriales. Los cuales reciben el nombre genérico de receptores de estímulo adecuado La información es transmitida al cerebro a través de los husos musculares, localizados en el interior de los músculos. Estos husos están compuestos de pequeñas fibras musculares (fibras intrafusales) inervadas por nervios que informan de la longitud del músculo.

Esta especie de sistema automático de respuesta es el SISTEMA PROPIOCEPTIVO. A pesar de tratarse de un sistema automático, siempre hay posibilidad de fallo en la respuesta, ya sea porque la agresión fue demasiado brusca o intensa (una torcedura al caer de un salto, por ejemplo), o porque nuestro sistema propioceptivo no estaba alerta en ese preciso instante. Hay diversos factores que pueden influir en el mal funcionamiento de este sistema, como el cansancio, la temperatura o la utilización de dispositivos de protección externos (como una rodillera o una tobillera). Éstos engañan a nuestro cerebro simulando una falsa sensación de protección y hacen que nuestros receptores propioceptivos se vuelvan "vagos" y no sepan responder ante una agresión.


Una vez que se ha producido la lesión, los receptores que informan al cerebro pueden resultar dañados. Por ejemplo, en el caso de un esguince, dichos receptores se encuentran en el ligamento, y si éste se rompe, se rompen también los receptores propioceptivos. Si al recuperar el esguince nos olvidamos de recuperar también dichos receptores, esa información dejará de transmitirse, y ante cualquier pequeña torcedura no habrá una respuesta automática de protección. Esa es la razón por la que al sufrir un esguince y no recuperarlo correctamente, es mucho más fácil volver a torcerse el tobillo a partir de ese momento y notar una cierta sensación de inseguridad al pisar.

¿Por Qué Trabajar la Propiocepción?


Para trabajar el Sistema Propioceptivo, la Fisioterapia cuenta con multitud de técnicas muy simples pero muy eficaces. Se trata de ejercicios sencillos, que tratan de someter a la parte lesiona a pequeñas dificultades progresivas: desequilibrios, ejercicios en superficies inestables o con ojos cerrados, etc. De esta manera reeducamos a nuestros receptores para que vuelvan a transmitir la información de manera correcta.

Es importante trabajar la propiocepción en la recuperación de cualquier lesión músculo-esquelética(desde una pequeña lesión muscular hasta una fractura grave), tanto para conseguir una recuperación óptima como para prevenir futuras recaídas. Incluso en el mundo del deporte es recomendable incluir ejercicios de propiocepción en la rutina de entrenamiento como prevención de cierto tipo de lesiones articulares y musculares.
EJERCICIOS DE PROPIOCEPCIÓN PARA LA MEJORA DE LA ESTABILIDAD DE LA RODILLA.

Ya hemos visto la influencia de los propioceptores las diferentes capacidades condicionales, de forma que el entrenamiento del sistema propioceptivo puede inducir mejoras en éstas de cara a aspectos como:
  •   Recuperación del sistema propioceptivo tras lesiones que disminuyen la efectividad de este sistema y hacen que tengamos más posibilidades de volver a sufrir una lesión
  •   Prevención de lesiones: incluso sin haber sufrido un accidente anterior, el entrenamiento somato-sensorial puede ayudarnos a evitar posibles lesiones propias de la práctica deportiva, sobre todo en deportes que conllevan acciones de mayor dificultad o de gran exigencia competitiva.
  •   Mejora del rendimiento en deportes de alto nivel. La mejora de las percepciones nos permitirá alcanzar un rendimiento óptimo.
A continuación, se describirán una serie de ejercicios para la mejora de la estabilidad de la rodilla en base a la potenciación de los mecanismos sensorio-motores vinculados a la propiocepción.

Muchos de los ejercicios propuestos, al ser de carácter global, influirán positivamente en la mejora de la estabilidad de todas las articulaciones de la extremidad inferior, a pesar de que nos centremos en la articulación de la rodilla.
Pero no sólo nos ayuda a evitar lesiones. Siempre que trabajamos algo para una cosa en concreto, a la par, nos está ayudando también para otras cosas.
Este trabajo de propiocepción nos ayuda a fortalecer la musculatura de las piernas y nos ayuda a nivel de eficiencia técnica. Los tobillos, los soleos, los gemelos, los tibiales, pero también los músculos de la cadera, son los que más sufren cuando corremos.

Todos deberíamos hacer un trabajo de este tipo. Podemos estar habituados a correr en asfalto, pero seguro que algún día corremos sobre terrenos irregulares y ahí podemos notar que nos falta cierta estabilidad.
Podéis hacer una prueba: poneros a la pata coja y permaneced inmóviles. Seguro que a algunos os va a costar más que otros no moverse. Y luego haced que alguien os toque un poco a ver si podéis manteneros quietos sin caeros.
Quien mejor domine su propio cuerpo, quien tenga un mejor esquema corporal, más capacidad de adaptarse a cualquier situación tendrá.





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